miércoles, 9 de mayo de 2012

CUIDADOS DEL LAUREL

Ya en la Antigua Grecia y el Imperio Romano este árbol ha tenido grandes connotaciones simbólicas. Deportistas, guerreros o poetas eran condecorados con una corona de laurel para representar la victoria, el triunfo y la grandeza. Lo mismo ocurría con los emperadores: seguramente, no recordemos ninguna imagen de Julio César sin este elemento sobre su cabeza. En los primeros Juegos Olímpicos de la Gran Atenas, los vencedores que lo recibían eran elevados a la categoría de dioses y recibían el favor de los mismos. En la actualidad, las coronas de laurel se depositan en los cementerios para honrar a los fallecidos.

Se trata de un arbusto mediterráneo, de la familia de las Laureáceas, que abunda en estado silvestre en todas las regiones que bañan el Mare Nostrum. Aunque sin duda guardan un gran parecido, no se debe confundir el Laurus nobilis, también llamado 'europeo' o 'de cocina', con el laurel-cerezo o laurel real, este último, muy tóxico para las personas si se llega a ingerir.
 DANIEL NOCETE CAMPOS

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